La crisis bancaria europea que se produjo a principios de esta década, nos introduce a nivel general el concepto para los profanos del ‘banco malo’ ( en España, SAREB) que servía como una especie de vertedero financiero de todos los productos y activos tóxicos que tenían los bancos para de esa forma poder sanear sus cuentas y restablecer la confianza de sus clientes y de las autoridades bancarias en una maniobra de exquisita ingeniera financiera.