Morir de pie, nos transporta a ese momento histórico pero no para hacer reír, sino para recrearse en un pomposo melodrama. Hay suicidios, drogas, fracaso, sexo y grandes dosis de competitividad. Una travesía en el desierto del humor con poca gracia que ya anticipa que la serie puede llegar a ser otra oportunidad perdida de narrar uno de los instantes más apasionantes de la escena norteamericana. Incluso aunque el que la cuente sea Jim Carrey, a quien Johnny también tocó con su varita.